MAYO 1989
En uno de mis viajes a esta ciudad entrañable me contaron aficionados al futbol de siempre cierta historia lamentable para el deporte y por extensión para una barriada que vive el balompie de pleno.
Aunque se que no es lógico ni de sentido común, para mi modesto entender, lo que sucede en este pais no deja de ser curioso, y les pido que reflesionen sobre las próximas lineas.
El Rafael Andujar, campo de siempre en el zapillo, tiene que ser derribado despues de mas de 20 años. Con sus emociones a las espaldas, dará paso al progreso y una ruidosa carretera que cambiará los gritos de ánimo por los de desesperación de una enorme cola. Ya no se cruzarán los defensas y delanteros, sino un carril de portería a portería.
El Ayuntamiento ordenará el derribo, pero no construirá otro en su lugar, por ahora.
Entrará en proyecto y ya se save.
Ya no solo no se construirá sino que los pocos campos que existen se destruyen.
¿Que va a ser del futbol en el zapillo?
Una barriada populosa con espiritu deportivo, se queda sin que los jovenes puedan practicar el deporte rey.
Y no es por nada, pero el zapillo sin campo es como un concejal sin concejalía.
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